"Los hombres no se explican el porqué de su mala vida amorosa si se portan como príncipes azules con las mujeres.

El 'Nice Guy Syndrome' se ha vuelto tan común que ya es objeto de estudio. Se reconoce como un patrón de comportamiento que no le permite a muchos hombres lograr relaciones sanas con el sexo opuesto (o dependiendo de su preferencia, con otros hombres).

Se caracterizan por tener muchas amigas que los reconocen como 'hombres ideales' pero 'algo' no les permite verlos como pareja. Son excelentes escuchas, dan apoyo continuo, consejos maravillosos de amor pero no tienen la capacidad de aplicarlos a sí mismos. Incluso, sus amigas suelen decir '¡Al fin un hombre con quien platicar que sabe escucharme y hacerme sentir bien!, lástima que no se me antoja tirármelo'

Pero ¿Qué diablos es lo que a las mujeres no les permite querer buscar una relación con los susodichos 'Nice Guys'? Si ellos son confiables, atentos y se preucupan por nosotras. Es simple: conciente o inconcientemente, 'olemos' su necesidad contínua de ser aceptados y queridos, y esa ansiedad la leemos como inseguridad. Entonces, se vuelven poco atractivos.

Hace unos días en el Podcast de CM, Ruy nos preguntó a Lola y a mí porqué a las mujeres nos gusta que nos traten mal y porqué cuando un hombre es lindo con nosotras le damos una patada en el trasero. Bueno, no creo que nos guste que nos traten mal pero sí puedo decir que tenemos conceptos equivocados y poco sanos. Buscamos un patrón de hombre, alguien a quien admirar, alguien fuerte -y no me refiero a que esté mamado, aunque nunca sobre jijiji- fuerte en sus decisiones, que sepa imponerse y que sea seguro de sí mismo. Desgraciadamente pero muy desgraciadamente, algunas mujeres suelen relacionar eso con 'ojetismo' y por eso muchas relaciones son pa' llorar.

Entonces, cuando nos encontramos con un dulce Nice Guy, que en todo nos complace, está dispuesto a dejar su sueldo en cajas de kleenex para enjugar nuestras lágrimas y al que podemos llamar a las cinco de la mañana para pedirle que nos traiga un 'Pumpkin Spice Latte' del Starbucks de Nueva York porque estamos deprimidas (y sabemos que lo hará a como de lugar); se nos hace imposible verlo como un hombre con el cual establecer una relación de pareja.

Balancear es lo importante. Como hombres, no caer en la cabronada pero tampoco pasar la vida lamiéndole el tacón a las mujeres, mucho menos si les gustan o quieren invitarlas a salir. Dejen la puerta 'entreabierta' hagan saber que están interesados pero al mismo tiempo déjenlas picadas. Y como mujeres, ¡ya no mamen! no busquen un cabrón que les baje la autoestima. Si están en busca de autocastigo, depílense los vellos de la nariz con pinzas y dejen de arruinar sus vidas.

¿Alguno sufre de 'Nice Guy Syndrome?